Una postboda mágica en Zaragoza con Alejandra, Arturo y su pequeña
Recorrimos el centro histórico de Zaragoza al atardecer con Alejandra, Arturo y su pequeña hija, capturando momentos únicos en la Fuente de la Hispanidad, la Plaza del Pilar, La Seo, el Puente de Piedra y más. Con la golden hour y un juego de luz a contraluz, logramos fotos mágicas que reflejan su complicidad y alegría. Una sesión llena de emoción, técnica y cariño. ✨
BODASSESIONES DE EXTERIORFOTOGRAFIA
Mari Hondar
6/5/20253 min leer


Hace unos días tuve la suerte de acompañar, como parte del equipo de Nacho Lamcuevas, a Alejandra y Arturo en su sesión de postboda por el corazón de Zaragoza. No solo fue especial por ellos, sino también porque su pequeña hija de 2 años nos regaló momentos únicos y entrañables que quedarán para siempre en sus recuerdos (y en sus fotos).
La golden hour en Zaragoza: un escenario insuperable
Comenzamos la sesión en la Fuente de la Hispanidad, aprovechando esa luz dorada que baña la ciudad en la golden hour. Allí, entre risas y juegos con su hija, logramos capturar la calidez y naturalidad que solo una familia unida puede mostrar.


Luego nos adentramos en uno de los pasillos cercanos para hacer fotos más íntimas. Esos rincones con paredes históricas y luces suaves son perfectos para lograr imágenes donde el amor se respira en cada mirada.
Pasando por El Pilar, La Seo y el Arco de Jaén
De ahí nos movimos a la Plaza del Pilar, uno de los lugares más icónicos de la ciudad. Aprovechamos la amplitud del lugar para hacer composiciones amplias, que mostraran la majestuosidad de la Basílica de fondo. Luego fuimos a la Plaza de la Seo, donde pedí a Alejandra y Arturo que simularan pequeños saltos, consiguiendo fotos dinámicas y espontáneas que transmiten alegría pura.




Después nos dirigimos al Arco de Jaén, donde la luz comenzaba a descender, dándonos un ambiente más romántico y casi cinematográfico.


El atardecer más bonito del mundo (y un reto técnico)
Finalmente llegamos al Puente de Piedra, justo cuando el sol estaba a punto de esconderse detrás de la silueta de la pareja, con la iglesia del Pilar y el Ebro de fondo. Fue un momento increíble, pero también un reto técnico importante: para lograr esas fotos a contraluz necesitaba iluminarles de forma adecuada sin perder el encanto del atardecer.
Para ello usé mi Nikon Z6II junto a los lentes 24-70 y 70-200, combinados con un flash Godox AD200 montado en un pie separado de la cámara y con difusor. Esto me permitió mantener la atmósfera del cielo y al mismo tiempo destacar a Alejandra y Arturo con una luz suave pero efectiva.




Terminando bajo el puente
Cerramos la sesión en el Pozo de San Lázaro y debajo del puente, en un arco de piedra que enmarcó perfectamente a la pareja, regalándonos las últimas imágenes del día con un aire casi místico.


La importancia de conectar con la pareja
Algo que siempre me gusta destacar es cómo la comunicación con la pareja es clave durante la sesión. Les animo a jugar, a moverse, a olvidarse de la cámara y a simplemente disfrutar. Así logramos esas miradas cómplices, esas carcajadas sinceras y hasta esos saltos divertidos que quedarán para siempre.
¿Quieres ver más?
En mi Instagram @marihondar puedes encontrar algunos reels del detrás de cámaras (BTS) donde muestro cómo trabajamos durante la sesión y la complicidad tan bonita que se generó.
¡Gracias Alejandra y Arturo (y su preciosa peque) por confiar en nosotros para guardar estos recuerdos!
✅ ¿Te gustaría una sesión postboda así, en un lugar icónico como Zaragoza?
Escríbeme y planeemos juntos cómo capturar tu historia con toda la magia que se merece.



