Preboda

El primer encuentro con vuestra historia.

Antes del gran día, me gusta conocer a las parejas en un entorno más relajado y cercano. La sesión de preboda no es solo una serie de fotos bonitas, es una oportunidad para conectar, romper el hielo con la cámara y empezar a contar vuestra historia desde el principio.

Durante esta sesión, compartimos un rato juntos, sin prisas ni nervios, en un lugar que os represente: puede ser un parque, el centro de Zaragoza, el lugar donde os conocisteis o simplemente donde os sintáis cómodos. Vosotros sois los protagonistas, y mi objetivo es capturar vuestra complicidad, vuestras miradas y esa emoción previa a la boda.

Además, os ayuda a familiarizaros con mi forma de trabajar y perder el miedo a ser fotografiados. Muchas parejas me dicen después de la preboda: “¡Pensábamos que esto nos iba a dar vergüenza, pero fue súper natural y divertido!”. Y eso se nota en las fotos del gran día: llegáis con confianza y relajados.

Las imágenes de la preboda también pueden usarse para las invitaciones, la decoración de la boda o un slideshow durante la celebración. Pero, sobre todo, son un recuerdo auténtico de una etapa preciosa que también merece ser guardada.

El primer encuentro con vuestra historia.

Preparación de los novios

El día de la boda empieza mucho antes de la ceremonia. Las horas previas están llenas de emoción, detalles, miradas al reloj… y sobre todo, de momentos íntimos que merecen ser recordados.

Me gusta comenzar el reportaje acompañando a cada uno en su preparación, en casa o en el lugar donde se vistan. Es el momento en que todo empieza a tomar forma: los últimos retoques al maquillaje, los nervios compartidos con una amiga, un abrazo con mamá, la ayuda del padre al ajustar la corbata… Son escenas cotidianas, pero cargadas de emoción.

Trabajo con discreción, sin interrumpir, buscando la naturalidad y capturando cada gesto sin forzar poses. Este momento también me permite fotografiar los detalles: el vestido, los zapatos, los anillos, el ramo… todo aquello en lo que habéis puesto tanto cariño.

Es una parte del día en la que os vais preparando por fuera, pero también por dentro. La cámara se convierte en testigo silencioso de todo lo que pasa mientras el “sí, quiero” se acerca.

Momento para capturar detalles inolvidables

La Ceremonia

Y llega el momento que todos esperan. Ya sea en una iglesia, un juzgado, un jardín o en plena naturaleza, la ceremonia es el alma del día: el lugar donde os miráis, os prometéis y todo cobra sentido.

Mi enfoque durante la ceremonia —sea civil o religiosa— es documental, discreto y respetuoso. Me muevo con cuidado para no interrumpir, buscando siempre los ángulos que mejor cuentan lo que está pasando: las miradas cómplices, las manos que se buscan, las lágrimas contenidas, las sonrisas sinceras, los gestos espontáneos que a veces ni vosotros mismos notáis.

Capturo cada momento clave: la entrada, los discursos, los votos, el intercambio de anillos, el beso, las emociones de vuestros familiares y amigos. Pero también los pequeños detalles que hacen única vuestra celebración: una mirada de orgullo de una madre, el apretón de manos de un abuelo, la complicidad entre hermanos.

Cada ceremonia tiene su ritmo, su tono, su atmósfera. Y mi trabajo es adaptarme a ella, estar presente sin ser intrusivo y entregaros un recuerdo completo, real y lleno de emoción.

El corazón del día

Sesion de Pareja

Después de la ceremonia, cuando ya habéis dicho el “sí, quiero” y la emoción está a flor de piel, llega uno de los momentos más especiales del día: la sesión de pareja en exterior.

Este pequeño paréntesis es mucho más que una sesión de fotos. Es el primer instante a solas como recién casados. Un respiro entre tanta emoción, donde podéis miraros, reíros, abrazaros y simplemente disfrutar el uno del otro. Y yo estaré allí, acompañando con la cámara de forma natural, sin dirigir demasiado, dejando que las emociones fluyan.

Elegimos juntos el lugar, ya sea un rincón especial cerca del lugar de la ceremonia o un entorno con buena luz y un bonito fondo natural o urbano. La luz, el viento, una mirada... todo suma para crear imágenes auténticas y llenas de conexión.

No se trata de posar ni de hacer algo que no sois. Mi objetivo es capturar vuestra esencia como pareja, tal como sois: espontáneos, cariñosos, divertidos, tímidos… Lo importante es que os sintáis cómodos y disfrutéis del momento.

Estas fotos suelen ser de las más emotivas del reportaje, porque reflejan el amor en su forma más pura, sin interferencias, solo vosotros y vuestra historia.

Vuestro momento a solas

Cóctel y banquete:

Tras la ceremonia y la sesión de pareja, llega el momento de relajarse, brindar y disfrutar. El cóctel y el banquete son la parte más festiva del día, donde los abrazos se multiplican, las risas llenan el ambiente y por fin podéis compartir con todos vuestros invitados.

Durante el cóctel, me dedico a capturar las interacciones espontáneas: saludos emotivos, miradas cómplices, grupos de amigos, detalles del catering, música en vivo… Es un momento perfecto para retratar la alegría colectiva, sin prisas ni poses forzadas.

Este también suele ser el momento ideal para realizar las fotos grupales. Aprovechamos la buena luz y el ambiente distendido para organizar retratos con la familia, amigos y grupos importantes. Son fotos que, aunque parezcan más clásicas, ganan un enorme valor con el tiempo: imágenes con abuelos, padres, hermanos, y seres queridos que han sido parte esencial de vuestra historia.

Durante el banquete, sigo documentando la jornada de forma natural: desde vuestra entrada triunfal, los brindis, las sorpresas preparadas por vuestros seres queridos, hasta esos pequeños gestos de emoción que suceden sin que nadie los note... excepto la cámara.

También dedico atención especial a los detalles que habéis preparado con mimo: la decoración, los menús, la vajilla, las flores... Todo eso que hace única vuestra celebración merece ser recordado.

La celebración comienza

Fiesta y baile

Y cuando cae la noche… comienza la fiesta. Después del banquete, los nervios se disuelven, los tacones vuelan, las corbatas se aflojan y lo único que queda es celebrar sin medida. Es el momento más libre, espontáneo y divertido del día, y me encanta capturarlo tal como sucede: sin filtros, sin poses, solo pura energía.

El primer baile abre la pista y marca un nuevo comienzo. Ya sea una coreografía preparada o un abrazo improvisado, ahí estoy, buscando la emoción, la luz justa y el encuadre perfecto para que ese instante quede grabado para siempre.

Durante la fiesta me muevo con agilidad para no perder ni un segundo: los amigos cantando a pleno pulmón, los abrazos apretados, las risas interminables, los gestos locos, las lágrimas que aún se escapan... todo eso también es parte de vuestra historia, y merece ser contado con la misma importancia que el resto del día.

Aquí no hay guion. Solo hay emociones reales y ganas de vivir el momento. Y mi trabajo es entregaros el recuerdo de esa alegría pura, tal como fue: vibrante, desbordada, inolvidable.

Cuando la alegría se desborda

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    • Un mínimo de 150-300 fotografías editadas al detalle con el estilo que deseen Color o B/N en máxima calidad sin marca de agua.

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    • Sesión PreBoda: Reportaje de Pareja previo a la Boda.

    • Cobertura de la Boda Completa: Hasta 10 horas de cobertura: Preparativos, Ceremonia, Reportaje de Pareja y Familia, Cóctel, Banquete y Fiesta.

  • Entrega:

    • Un mínimo de 400-800 fotografías editadas al detalle con el estilo que deseen Color o B/N en máxima calidad sin marca de agua.

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      A escoger entre:

    • Álbum con selección de 40-50 fotografías.

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  • Posibilidad de Video Reportaje: +900 €

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