Una boda multicultural en Pamplona: Roberto & Elizabeth
El 7 de junio de 2025 viajé desde Zaragoza hasta Pamplona para documentar la boda de Roberto y Elizabeth, una pareja multicultural que celebró su amor rodeada de familia, emoción y detalles muy especiales. Desde los preparativos —donde los cachorros de la novia la acompañaron en un homenaje simbólico a su padre fallecido— hasta una ceremonia con desafíos técnicos de luz, retratos familiares bajo la sombra frente a la iglesia y una romántica sesión de pareja en jardines con vistas a la ciudad. Finalizamos en el Castillo de Gorraiz, con un cóctel lleno de momentos espontáneos. Un día lleno de alma, cubierto en colaboración con el fotógrafo Nacho Lamcuevas.
Mari Hondar
6/7/20254 min leer


El pasado 7 de junio me embarqué en un pequeño viaje desde Zaragoza rumbo a Burlada, una localidad muy cercana a Pamplona, para documentar una boda muy especial: la de Roberto y Elizabeth. Él español, ella ecuatoriana, dos culturas unidas por el amor y celebradas en un entorno lleno de emociones, contrastes y momentos inolvidables.
Salí temprano por la mañana, con casi dos horas de carretera por delante, sabiendo que me esperaba una jornada intensa pero hermosa. Esta boda la cubrí como parte del equipo del fotógrafo Nacho Lamcuevas, con quien colaboro en distintos eventos.
Preparativos con alma (y patitas)
Empecé la cobertura a las 11:00h en casa de Roberto, en la Calle Berlín. Estaba tranquilo, rodeado de amigos y familia, ultimando los detalles antes del gran momento. A las 11:30h me trasladé al domicilio de Elizabeth, muy cerca, en la Calle Lisboa.
Allí me encontré con una escena muy especial: la novia estaba acompañada de sus dos cachorros, que no solo compartieron el momento con total naturalidad, sino que fueron protagonistas de una foto muy simbólica. En ella, Elizabeth quiso rendir homenaje a su padre fallecido, y en lugar de posar con su retrato físico, dejó que sus perritos la rodearan, representando de alguna forma esa conexión espiritual. Fue un momento muy emotivo y auténtico.
Tuve también la suerte de conocer y trabajar con la maquilladora Eugenia, quien no solo hizo un trabajo precioso, sino que me ayudó durante las tomas, colaborando para que todo fluyera de forma natural y cuidando cada detalle del estilismo.
Ceremonia en San Lorenzo: entre luces y sombras
La ceremonia se celebró a las 13:15h en la Parroquia de San Lorenzo, en pleno corazón de Pamplona. Técnicamente, fue un desafío: pleno mediodía, con una luz exterior muy dura y un interior con iluminación cálida y tenue. Esto supuso estar constantemente adaptando la configuración de cámara para mantener una buena exposición durante la transición del exterior al interior.
A mitad de ceremonia, el sacerdote me mencionó que prefería que no me estuviera moviendo, así que me quedé fija en un punto estratégico, afortunadamente equipada con dos cámaras: una con un 24-70mm y otra con un 70-200mm, lo que me permitió captar todos los momentos importantes sin interrumpir el desarrollo de la misa.




Retratos con sombra y personalidad
A la salida, la hermana de la novia insistía en hacer las fotos familiares bajo el sol directo, pero tuve que explicar con firmeza (y cariño) que el resultado sería mucho mejor si nos movíamos hacia la sombra de un árbol justo frente a la iglesia. Desde ahí, teníamos la fachada de fondo y una luz mucho más favorecedora, y así conseguimos retratos naturales y bien expuestos, sin que nadie saliera con los ojos cerrados ni gestos incómodos por el sol.


Un paseo de amor entre jardines y puentes
La sesión de pareja fue breve, pero encantadora. Justo cruzando la calle desde la iglesia, había un parque con jardines cuidados, estructuras geométricas y vistas espectaculares de Pamplona. Aprovechamos 30 minutos para crear imágenes frescas, íntimas y con mucho carácter.


Brindis en el Castillo de Gorraiz
Finalizamos la cobertura en el restaurante Castillo de Gorraiz, donde el cóctel se celebró en un salón interior elegante y luminoso. Lo más impresionante eran sus ventanales enormes, que dejaban ver el paisaje exterior como si cada vista fuera una fotografía perfectamente enmarcada. En ese ambiente acogedor y con una luz natural suave, tomé imágenes más espontáneas y lifestyle, documentando las interacciones entre los invitados y los novios en un momento más relajado y festivo.




Cada boda es única, y esta lo fue aún más por la mezcla de culturas, la cercanía de los protagonistas y las decisiones conscientes que tomaron para que cada detalle tuviera un significado especial. Gracias a Roberto y Elizabeth por su confianza, y a Nacho por contar conmigo en su equipo una vez más.
📸 Mari Hondar – Fotografía documental de bodas
✨ Capturando historias con luz, emoción y alma.