Un día mágico: sesión de Navidad
NAVIDAD 2024RECUERDOS
Mari Hondar
11/25/20242 min leer
Cada gran aventura comienza con un primer paso, y este fin de semana tuve la oportunidad de dar ese paso al estrenar mi nuevo estudio fotográfico. Para esta ocasión tan especial, decidí contar con la ayuda de mis pequeños de 10 y 4 años como modelos. La experiencia fue tan desafiante como inolvidable, llena de risas, pruebas con nuevos equipos y un sinfín de momentos espontáneos.
Un Espacio Nuevo, Muchas Expectativas
El estudio estaba recién montado, con luces que brillaban por primera vez, un equipo fotográfico listo para ser probado y una decoración navideña que llenaba el ambiente de magia. Este espacio representaba un sueño hecho realidad, y qué mejor manera de inaugurarlo que con mis propios hijos como protagonistas.
El Desafío de los Pequeños Modelos
Trabajar con niños siempre es una aventura, y esta sesión no fue la excepción. Mis pequeños, con su energía inagotable y personalidades vibrantes, pusieron a prueba mi creatividad y paciencia. Mi hijo mayor, de 10 años, estaba más dispuesto a seguir las instrucciones, aunque de vez en cuando aprovechaba para hacer poses divertidas que rompían el esquema. Mi pequeño de 4 años, por otro lado, era pura energía: correteaba entre los sets, se emocionaba con las luces y apenas podía quedarse quieto por más de unos segundos.
Aunque fue desafiante lograr que ambos se concentraran al mismo tiempo, cada momento caótico trajo también su encanto. Fue una lección de adaptabilidad: capturar la magia en el movimiento y aprovechar los instantes espontáneos para crear imágenes llenas de vida y autenticidad.
Nuevos Equipos, Nuevas Posibilidades
Estrenar la cámara, las luces y los accesorios del estudio fue una mezcla de emoción y aprendizaje. Ajustar los ángulos, probar diferentes configuraciones de iluminación y encontrar la mejor forma de resaltar la personalidad de mis pequeños fue un reto técnico que disfruté enormemente. Cada prueba y error se convirtió en una oportunidad para aprender y mejorar.
El Resultado Final: Puro Encanto
A pesar de los desafíos, el resultado final fue increíble. Las fotos capturaron la esencia de mis hijos: sus sonrisas genuinas, sus travesuras y esa chispa que los hace únicos. Más que una sesión fotográfica, este fue un momento para conectar con ellos, compartir risas y crear recuerdos que atesoraré para siempre.
Estrenar el estudio fotográfico con mis pequeños fue una experiencia que nunca olvidaré. Me enseñó a disfrutar el proceso, a ser flexible y a apreciar la belleza de los momentos imperfectos. Ahora, estoy más que listo para dar la bienvenida a nuevas familias y capturar sus historias en este espacio que está lleno de posibilidades. ¡Si quieres inmortalizar momentos especiales con tus seres queridos, no dudes en escribirme! Cada sesión es una nueva aventura, y me encantaría ser parte de la tuya.




















