La luz de la fe en Santa Engracia (Zaragoza)

El pasado Domingo de Ramos fotografié mi primer bautizo en España, en la histórica capilla de la Iglesia de Santa Engracia en Zaragoza. Un lugar con restos de construcciones antiguas que aportan un ambiente único y lleno de historia. David, un bebé de 3 meses, fue bautizado en una ceremonia íntima rodeado de su familia y amigos. Capturé los momentos con mi cámara Nikon Z6II y flash Godox V1Pro, aprovechando tanto la luz natural como el rebote en el techo blanco de la capilla. Mi foto favorita fue al salir, con David en brazos de sus padres bajo una hermosa luz natural. Finalizamos con una sesión familiar en el jardín trasero, lleno de flores primaverales.

BAUTIZOSFOTOGRAFIA

Mari Hondar

4/13/20251 min leer

Este pasado Domingo de Ramos tuve el honor de fotografiar mi primer bautizo en España, y no pudo haber sido en un lugar más especial: la Iglesia de Santa Engracia, en Zaragoza. Una joya cargada de historia y espiritualidad, y un marco perfecto para una celebración íntima y emotiva como esta.

La ceremonia tuvo lugar en la capilla de la iglesia, un espacio lleno de carácter, que conserva restos de construcciones antiguas, testigos de la profunda historia del lugar. Santa Engracia no es solo una iglesia: es un símbolo del patrimonio religioso y cultural zaragozano, construida sobre los vestigios de una necrópolis paleocristiana y con huellas visibles de diferentes épocas que se entrelazan en sus muros.

David, el pequeño protagonista de apenas tres meses, fue bautizado a la 1 de la tarde, rodeado de su familia más cercana: padres, abuelos, bisabuelos y algunos amigos íntimos. Una ceremonia cálida, serena, en la que se respiraba amor y emoción en cada gesto.

Después del bautizo, salimos al jardín trasero de la iglesia, que nos regaló un escenario natural bellísimo. Las flores de la primavera, recién brotadas, perfumaban el aire y daban un marco de color y vida a las fotos familiares. Aproveché la luz natural del mediodía, complementada con mi equipo: mi cámara Nikon Z6II y el flash Godox V1Pro rebotado en el techo blanco de la capilla, que me permitió crear una luz envolvente, suave y favorecedora para los retratos interiores.

Mi fotografía favorita del día fue en la salida de la capilla, cuando la luz natural acariciaba el rostro de David en brazos de sus padres. Una imagen llena de ternura, esperanza y belleza. También hicimos una sesión completa con toda la familia: generaciones reunidas, desde los bisabuelos hasta el pequeño nuevo miembro, un recuerdo para toda la vida.

Este bautizo fue mucho más que una sesión fotográfica: fue una experiencia profundamente humana, un momento de conexión y fe, y un privilegio formar parte de él como fotógrafo.